lunes, 23 de julio de 2012

Calle Elvira ( 1909 )


la zanaqat Ilbira musulmana- fue la principal y más larga vía de la Granada islámica desde su configuración urbanística en el siglo XI. Se iniciaba en la puerta del mismo nombre, abierta en el sector septentrional del recinto amurallado de la medina, y alcanzaba a penetrar hasta el corazón de la misma, donde concluía junto al cauce descubierto del río Darro, si bien la presencia a su altura del Puente del Baño de la Corona le permitía comunicarse con los barrios situados en la margen izquierda del río. En su origen, se trataba de una calle con un perfil aún más irregular y estrecho que el actual, cuyo trazado quebrado venía condicionado por la orografía de la ladera occidental de la colina en que se asentaba la Alcazaba Qadima. Pese a ello, su ancho de calle era notablemente mayor que el de la trama urbana circundante, lo que, unido a su gran longitud y situación estratégica, la convirtieron desde el principio en una arteria vital para el desarrollo de los flujos de personas y mercancias en la ciudad y, en consecuencia, para el establecimiento a lo largo de ella de una intensa actividad comercial. A partir de la calle Elvira, se generaba una red intrincada de calles secundarias, que conectaban con otros puntos de la medina, y de adarves, que penetraban en el interior de las manzanas. Aunque la mayor parte de estos últimos desaparecieron durante las reformas urbanas emprendidas en Granada durante el siglo XIX, aún quedan algunos testimonios en el tramo central de la calle, caso de los callejones de Aguirre y Penitencia. Próxima a su terminación en el Darro, Elvira conectaba con el Zacatín, la otra gran arteria comercial de la medina, ya que hasta finales del siglo XIX, esta última calle tenía un desarrollo longitudinal mayor que el que presenta hoy día; hasta que la apertura de la Gran Vía de Colón supuso la mutilación de cerca de la mitad de su trazado.