lunes, 26 de noviembre de 2012

La leyenda de la Dama Blanca, Casa de Castril


Casa de Castril, en la actualidad  Museo Arqueológico de Granada


En la fachada del edificio se puede observar un balcón ciego construido de forma que hace esquina, sobre este balcón se puede leer la inscripción : “Esperando la del cielo”, frase alrededor de la que gira la historia de la Dama Blanca de la casa de Castril.
 El nuevo señor de Castril, Hernando de Zafra, heredero del antiguo secretario de los Reyes Católicos, era viudo y con él vivía su única hija Elvira de apenas dieciocho años de edad y gran belleza. Para preservar la honra de su hija, Elvira permanecía encerrada en palacio día y noche, aunque eso no la impidió enamorarse de Don Alfonso Quintanillo, joven apuesto perteneciente a otra familia de gran linaje de la ciudad pero enemistada con los Zafra. Los amantes contaban con la complicidad y ayuda del capellán de la Casa de Castril, el padre Antonio, además de la de un paje más joven que ellos que hacía de intermediario de sus mensajes de amor.



 Según la leyenda, una noche Elvira estando acompañada del inocente paje leyendo una carta de su amado en la que éste le proponía matrimonio, entre suspiro y suspiro Elvira acariciaba inocentemente los rizos del cabello del joven paje. Tan ensimismada se hallaba que no escuchó a su padre entrando en la habitación y éste al ver a su hija en tan íntima postura, creyó a su hija deshonrada por un insignificante criado, cegado por la ira mandó a uno de sus criados que lo colgara allí mismo, en el balcón que hace esquina en la fachada. El joven paje alegando inocencia clamaba justicia y clemencia al señor de Castril, el cual mientras miraba cómo sus criados colgaban al inocente paje le decía: “Pide cuanta justicia quieras. Ahí ahorcado puede estar esperando la del cielo cuanto tiempo te plazca”. Dicho esto, el señor de Castril ordenó tapiar el balcón.
 A partir de entonces la joven sufrió un encierro aún más severo, tanto que al final terminó acabando con su vida.




 Si hay una sala considerada especialmente misteriosa en el Museo Arqueológico es la zona del piso superior en la que según la leyenda estaban las habitaciones de Elvira y el balcón que fue cegado. De esta sala se dice que vaga por ella una extraña mujer que porta una vela, la Dama Blanca. Se asegura también que cuando se recorre en solitario la sala, puede notarse el aliento del “Togado de Periate”, una escultura que preside dicha sala y que en determinados momentos parece vigilar con su mirada de bronce a quien pasea a su lado.

2 comentarios:

  1. Mitos, leyendas y tradiciones que enriquecen y adornan los lugares.

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  2. Con una historia así sobre sus espaldas, no es de extrañar que el edificio sufra una serie de fenómenos inexplicables. Según el testimonio de una trabajadora del museo, M. C., asegura haber sido testigo en el verano de 1998 de la aparición de una joven alta de pelo largo y rizado, de gran belleza, una Dama blanca que le inspiró mucha paz.



    De hecho, si hay una sala considerada especialmente misteriosa en el Museo Arqueológico es la zona del piso superior en la que según la leyenda estaban las habitaciones de Elvira y el balcón que fue cegado. De esta sala se dice que vaga por ella una extraña mujer que porta una vela.

    Se asegura también que cuando se recorre en solitario la sala, puede notarse el aliento del “Togado de Periate”, una escultura que preside dicha sala y que en determinados momentos parece vigilar con su mirada de bronce a quien pasea a su lado.

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